También es considerado como uno de los platos bandera de nuestro país. Este se caracteriza por la peculiar combinación de ingredientes que se le agregan, dando como resultado una presentación exquisita que provoca, de manera instantánea, que sea degustado.
Digamos que es limeño, aunque se diga que también contiene un poco de origen oriental, por la técnica de la cocción en la sartén. Su registro se da a fines del siglo XIX, teniendo el nombre de “lomo de vaca”, “lomito saltado” y “lomito a la chorrillana”. Cabe resaltar, también, que este no pasa desapercibido del paladar de los peruanos, al menos no del mío. Le hace competencia directa al ceviche y la causa.
Algunos lo prefieren con trozos de pollo, en vez que el mismo lomo. Otros agregarle el jugo de la carne y no el de las verduras. Y quizás, algunos, acompañarlo con tallarín bañado en huancaína. Mi respuesta es rápida, yo la prefiero con arroz blanco. Rápido como este se caracteriza, ¿no es así?
Se caracteriza por la inmediatez con el que se prepara, aún más calientito, así sabe mejor. Pero imposible olvidar que a este no le hace la carne, tampoco la combinación de las verduras. El fuego es la clave, el sabor y sazón que al plato lo hace un tremendo lomaso.
Que el lomo saltado contenga papas fritas no lo convierte en otro de los que conforman el término “chatarra”, ya que es saludable. Lleva consigo nutrientes y calorías idóneas para la buena nutrición de las personas.
Sin duda alguna, este plato es una de las razones por las cuales uno debe sentirse orgulloso de ser peruano y sin más, seguir probándolo. Es otro más dentro de la lista de nuestra gastronomía que contiene una historia de la que quizás, uno no está enterado.
No es conocido sin motivo alguno, sabemos que el Perú ha surgido por el mestizaje y producto de ello han surgido diversos platos que siguen dejando la reputación gastronómica peruana en lo más alto, siendo preferido por varios países extranjeros. Y ¿A quién no le gusta un buen lomo?
Comments